viernes, 8 de febrero de 2008

LA EMBESTIDA GNÓSTICA 1

LOS ANTIGUOS DESAFÍOS DE LA FE

Hoy como ayer, pero más fuerte que nunca, la Iglesia Cristiana se encuentra frente a una nueva embestida de mentiras y doctrinas heréticas, vestidas de un manto de “aparente verdad” acerca de Dios y el mundo. Ya lo decía en la antigüedad, el Padre de la Iglesia, Irineo de Lyón, en el siglo II: “El error nunca se presenta en toda su desnuda crudeza, a fin de que no se le descubra. Antes bien se viste elegantemente, para que los incautos crean que es más verdadero que la verdad misma”.[1] Actualmente la arremetida herética-pagana sobre el cristianismo y sus principales dogmas y doctrinas, se ha manifestado en el gnosticismo moderno que ha venido recargado[2]. Los incautos se han dejado llevar por mentiras sensacionalistas como las vertidas en El Código Da Vinci de Dan Brown, y más recientemente por El evangelio prohibido de Judas que dio a conocer la National Geographic Society.

Lo que no nos dicen esas verdades a medias, es que en el fondo de todas esas pseudorevelaciones se encuentra el movimiento gnóstico. Por ejemplo, lo que no nos aclara Brown es que el nombre de su protagonista Sophie, es la diosa Sabiduría (Sophia) de los gnósticos. Lo que calla la National Geographic es que el Evangelio de Judas, no lo escribió el mismo Judas sino los gnósticos. Tampoco profundiza en todo lo que el gnosticismo creía y que era incompatible con la auténtica fe cristiana. “Durante todo el siglo segundo, el gnosticismo fue una amenaza seria para el cristianismo. Los principales dirigentes de la Iglesia se le opusieron tenazmente, porque veían en él una negación de varias de las principales doctrinas cristianas: la creación, la encarnación, la resurrección, etc.”[3]

Por eso la sentencia apostólica paulina, se hace más pertinente que nunca: “Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas sobre cosas vanas y los argumentos de la falsamente llamada ciencia, la cual profesando algunos, se desviaron de la fe”. (1 Tm 6:20-21)[4]. [20 \W Timovqee, th;n paraqhvkhn fuvlaxon ejktrepovmeno" ta;" bebhvlou" kenofwniva" kai; ajntiqevsei" th`" yeudwnuvmou gnwvsew", 21h{n tine" ejpaggellovmenoi peri; th;n pivstin hjstovchsan.][5] Gnwvsew", es la palabra que el apóstol Pablo utiliza y significa, conocimiento o saber[6]. Hoy tenemos que estar listos para refutar las “cosas vanas y los argumentos de la falsamente llamada ciencia”, según se nos enseña en 1 P 3:15.

Jesús se aparece a los discípulos
(Mt 28.16–20; Mc 16.14–18; Jn 20.19–23)
36Mientras aún hablaban de estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos y les dijo:
—¡Paz a vosotros!
37Entonces, espantados y atemorizados, pensaban que veían un espíritu. 38Pero él les dijo:
—¿Por qué estáis turbados y vienen a vuestro corazón estos pensamientos? 39Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy. Palpad y ved, porque un espíritu no tiene carne ni huesos como veis que yo tengo.
40Y diciendo esto, les mostró las manos y los pies. 41Pero como todavía ellos, de gozo, no lo creían y estaban maravillados, les dijo:
—¿Tenéis aquí algo de comer?
42Entonces le dieron un trozo de pescado asado y un panal de miel. 43Él lo tomó y comió delante de ellos.
44Luego les dijo:
—Estas son las palabras que os hablé estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliera todo lo que está escrito de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos.
45Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras; 46y les dijo:
—Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciera y resucitara de los muertos al tercer día; 47y que se predicara en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. 48Vosotros sois testigos de estas cosas. 49Ciertamente, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén hasta que seáis investidos de poder desde lo alto.[7]

Ahora vamos a refutar una de las “ideas”, que el gnosticismo tenía en lo referente a la encarnación de JC. Los gnósticos creían que su religión era una de salvación, tenían una doctrina soteriológica. El gnosticismo consistía en una liberación del espíritu de las cosas materiales que por naturaleza son malas. Como el cuerpo es un elemento material, es malo; por ende, Jesucristo, no pudo haberse encarnado, porque la carne es mala[8]. La liberación del espíritu que se encuentra esclavizado en el cuerpo, se da a través de un “conocimiento” o gnosis. Esto es lo que pretenden hacernos creer en el Evangelio de Judas. Entonces, Jesús no pudo morir en la cruz, ni tampoco pudo resucitar de entre los muertos al tercer día. Por eso a dicho “evangelio” no le interesan esos temas y no los nombra.

La Escritura nos revela, sin embargo, las mentiras del falsamente llamado conocimiento. Porque ella hace énfasis en que Jesús no sólo murió efectivamente y realmente en la cruz, sino que además resucitó victorioso de entre los muertos (Lc 24:44ss). Jesús no era un mero espíritu (Lc 14:37ss). Más aún las Escrituras condenan expresamente estas herejías que no son más que una sarta de tonterías (1 Jn 2:22; 4:2-3).


[1] Citado por González, J. L., Historia del cristianismo, t. 1, UNILIT, Colombia, 1994, p. 77.
[2] Para un breve panorama de cómo incluso en el seno de la Iglesia misma, se han introducido las ideas herético-paganas gnósticas, cfr., Jones, Peter, “El Gnosticismo en las denominaciones tradicionales”, Reforma Siglo 21, vol. 4, No. 1, 2002. Para algunos ejemplos, bastan los siguientes: “... los mismos eruditos liberales que al principio promovían una fusión de la ortodoxia con el Gnosticismo, ahora declaraban que el Gnosticismo era la forma original del cristianismo. [...] el Gnosticismo “cristiano” moderno no ha terminado con Jesús del todo. Timothy Freke y Peter Gandy, autores de Los misterios de Jesús: ¿Fue el Jesús un Dios Pagano? niegan en su libro que Jesús haya existido. Lejos de haber abandonado el cristianismo considerando las conclusiones de su investigación, Freke y Gandy dicen que su premisa es realidad fortaleció su fe. “Lo que hemos descubierto es que el mensaje del cristianismo original... para los cristianos originales, era convertirse en un Cristo uno mismo”. Esto los lleva a concluir que los gnósticos fueron los cristianos originales. [...] “Estamos aprendiendo que ser ecuménicos es ir más allá de los límites del cristianismo... las herejías del pasado se están convirtiendo en el Libro de orden eclesiástico del mañana”. [...] Un erudito “cristiano” importante, Huston Smith, cree que la obra actual del Espíritu es producir una “geometría invisible para forjar todas las religiones del mundo en una sola verdad”. [...] En el corazón del Gnosticismo se encuentra tanto la eliminación del Dios Creador del teísmo bíblico, como promover una unión más profunda con el dios del paganismo. [...] Esta es la esencia del Gnosticismo –ocultismo pagano anticristiano- que ahora se disfraza de un cristianismo con una nueva apariencia. ¿Es demasiado severa esta declaración?”, pp. 11, 12, 16, 18, 19. La respuesta a esta última pregunta depende de la defensa decidida del depósito de la fe, o de la traición a esta misma fe.
[3] Ibíd., p. 79
[4] A menos que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas fueron tomadas de la Biblia Reina-Valera 1995—Edición de Estudio, (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.
[5] Aland, Kurt, Black, Matthew, Martini, Carlo M., Metzger, Bruce M., and Wikgren, Allen, The Greek New Testament, (Deutsche Bibelgesellschaft Stuttgart) 1983.
[6] Vocabulario Griego del Nuevo Testamento, 2ª ed., Sígueme, Salamanca, 2001, p. 39.
[7]Reina-Valera 1995—Edición de Estudio, (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.
[8] De hecho, los gnósticos hacían una diferenciación entre Jesús y Cristo. Ellos decían Jesús era el hijo de José y María, mientras que Cristo era un “espíritu” hijo del Padre, que tomó a Jesús en el momento de su bautismo, pero que lo abandonó poco antes de su muerte. Por tanto Cristo no pudo padecer con Jesús, porque su cuerpo era una mera apariencia (docetismo).

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